Hace unos días y en relación con la canción de Rigoberta Bandini (por cierto, mi clara candidata para Eurovisión), me planteó mi amiga Ana una pregunta que me dio qué pensar...
"¿...tú crees que todavía existen madres de caldo en la nevera?"
A partir de ese momento, me empiezo a plantear si las madres de ahora somos igual que las de antes pero disfrazadas o en realidad, somos un modelo actualizado o renovado de las mismas.
Partiendo de la base de que muchas madres actualmente lo son porque forma parte de su proyecto de vida previamente planificado, me atrevo a decir que las madres de ahora pretendemos serlo con las recetas de Arguiñano en la cocina, con los consejos del mejor psicólogo a nuestros hijos, aplicando el método "top one" en la educación... nos pedimos TODO y nos llenamos de tareas mientras, a la vez, recalentamos la comida, revisamos los whatsapps y corregimos el problema de deberes de matemáticas.
Por otro lado, también nos encanta buscar esa cena romántica con nuestra pareja pero también esa noche loca con nuestras amigas; deseamos con todas nuestras fuerzas que nuestro hijo pase la noche completa en su habitación pero también, muchas veces morimos de ganas de sentirlo a nuestro lado; asistimos a charlas o nos compramos libros de educar en valores y sin voces pero a la primera de cambio nos disfrazamos de Fiona y sacamos nuestro peor ogro.
Con todo ésto quiero decir, que somos como somos, seguramente lo haya habido mejor (como dicen, segundas partes nunca son buenas), pero lo cierto es QUE LAS MADRES SOMOS AHORA NOSOTRAS.
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